4 oct 2020

San Froilán, nuestro patrón

Nace en Lugo hacia el año 832. Siendo muy joven abandona la casa paterna para vivir como ermitaño en las montañas del Cebreiro y el Bierzo. Se siente impulsado por Dios a abandonar su retiro para dedicarse por entero a la predicación en las comarcas de Galicia y León.

Es en este tiempo cuando, según la leyenda, tiene lugar el episodio del lobo que devora su jumento. Conminado por el santo, el fiero animal, como manso cordero, carga con las alforjas de los libros que siempre acompañaban a San Froilán en sus correrías apostólicas.

(imagen del libro San Froilán, el lobo y otras historias)

Conoce a San Atilano, monje como él, y ambos comparten el ministerio de la predicación y la tarea de reforma y fundación de muchos monasterios.

El pueblo lo reclama como obispo para la sede de León. Muy a pesar suyo, fue consagrado como tal cuando contaba 68 años de edad.

Después de un fructuoso pontificado, muere en olor de santidad a la edad de 73 años.

El pueblo inmediatamente lo venera como santo y su fama se extiende por toda la Iglesia.

Es patrono de las diócesis de León y Lugo, y titular de la parroquia lucense que lleva su nombre.





 


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